19 mar 2015

QUINTA VÉRTEBRA LUMBAR SACRALIZADA


SACRALIZACIÓN                                                                                           

Si pudiéramos ver detalladamente nuestras vértebras, a la altura de la cintura, detectaríamos unos pequeños alerones que salen lateralmente de cada vértebra, llamados apófisis transversas. Estas apófisis tienen un tamaño que les permite moverse sin perjudicar los huesos vecinos; cuando no es así, o sea cuando el paciente nace con estos huesos más grandes de lo normal, se rozan contra el sacro o el hueso iliaco, estos huesos que forman la pelvis, siendo capaz de causar dolores intensos de cintura y en el recorrido del nervio ciático.

El malestar se produce al moverse el individuo, ya que al hacerlo raspa un hueso contra otro como las aspas de un ventilador en el que una de ellas toca la carcaza protectora; se agudiza cuando los movimientos son hacia los costados o cuando se exige a la columna más de lo que está acostumbrada a soportar. La sacralización se puede dar también cuando las apófisis transversas están soldadas a alguno de los huesos mencionados, de hecho se nace con este defecto anatómico y así se queda hasta el último día de nuestras vidas.

Esta alteración no es una enfermedad complicada pero lo sufre gran cantidad de personas, que en general no se enteran de que la tienen hasta que una radiografía casual la descubre. El tratamiento para estos casos consiste en no esforzar la columna con aquellos movimientos que provoquen dolor, el uso de fajas lumbares es útil en el momento que aparecen los primeros síntomas. Algunos especialistas opinan que la cirugía es la única solución, esta apuntaría a "cortar" el exceso de hueso o de "despegar" el hueso soldado.

De hecho, si el paciente no presenta dolores muy importantes, el problema solo molestaría en el pensamiento más que en la cintura, algo así como la sensación térmica, cuando nos enteramos cuantos grados hace es cuando sentimos el rigor del clima. La sacralización no es grave, solo predispone a lumbalgias y limita algunos movimientos, algo que el individuo puede manejar y convivir con ella, tampoco es cuestión de querer matar un mosquito con un cañonazo ¿no?

Fuente: http://www.drfurman.com.ar/

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