21 feb 2015

¿Nuevo nombre y nuevos criterios para el síndrome de fatiga crónica?

Un comité nombrado en EE. UU. afirma que la enfermedad es 'legítima' y que debería llamarse enfermedad sistémica de intolerancia al esfuerzo

MARTES, 10 de febrero de 2015 (HealthDay News) -- El síndrome de fatiga crónica, una enfermedad debilitante que afecta a hasta 2.5 millones de estadounidenses, podría pronto tener un nuevo nombre y nuevos criterios diagnósticos.
En un informe publicado el martes, un comité independiente de expertos designado por el gobierno estadounidense la calificó como una enfermedad "legítima" que cuenta con cinco síntomas principales y que los médicos deberían tomar en serio.
De hecho, el comité del Instituto de Medicina (IOM) que realizó el informe insta a que el síndrome de fatiga crónica pase a llamarse la "enfermedad sistémica de intolerancia al esfuerzo", para que refleje mejor la gravedad de sus efectos en los pacientes.
El nuevo informe podría ser un punto de inflexión tras años de lucha por parte de las personas con encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica (EM/SFC), que con frecuencia tienen que batallar para convencer a sus médicos de que de verdad algo les sucede, dijo Suzanne Vernon, directora científica de Solve ME/CFS Initiative.
"Creo que estamos en un momento de cambio para las personas que sufren de EM/SFC, en que podremos diagnosticar a las personas, y ese diagnóstico conlleva la capacidad de que realmente fundamentemos un tratamiento mucho más efectivo para la EM/SFC", aseguró Vernon.
"En su forma más grave, esta enfermedad puede consumir las vidas de los afectados", señaló el comité del IOM en un comunicado de prensa. "Es 'real'. No es apropiado desestimar a estos pacientes diciéndoles que 'yo también estoy crónicamente cansado'".
El síndrome de fatiga crónica también es extremadamente difícil de diagnosticar. No hay pruebas para esta enfermedad, y otras afecciones pueden provocar síntomas similares, según los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU. Con frecuencia, el diagnóstico es un proceso de eliminación en que el médico de la persona descarta otras enfermedades posibles antes de sospechar de la presencia de un SFC.
Hasta ahora, los médicos han tenido que depender de una definición de caso del síndrome de fatiga crónica creada en 1994 que buscaba sobre todo ayudar a los investigadores a comprender mejor lo que, en esa época, aún no se había determinado de forma concluyente que fuera de verdad una enfermedad, apuntó Vernon.
Pero el informe del IOM propone unos nuevos criterios diagnósticos que ayuden a reestructurar el proceso. Según el nuevo informe, las personas que presentan el síndrome de fatiga crónica sufren de tres síntomas nucleares:
  • La incapacidad de actuar con el nivel de actividad previo a la enfermedad, que persiste durante más de seis meses y que viene acompañado de una fatiga que a menudo es profunda.
  • Un empeoramiento de estos síntomas después de cualquier tipo de esfuerzo, incluyendo el ejercicio físico o mental o el estrés emocional.
  • Dormir no alivia la fatiga.
Para diagnosticar el síndrome de fatiga crónica a alguien, un médico también debe encontrar que la persona sufre de uno de estos dos problemas adicionales:
  • Una alteración de la capacidad de pensar.
  • Una incapacidad de permanecer de pie, y los síntomas mejoran al tumbarse.
Artículo de 2008
El diagnóstico también depende de que estos síntomas persistan durante al menos seis meses, y deben estar presentes al menos la mitad del tiempo con una intensidad entre moderada y grave, concluyó el comité del IOM.
La presidenta del comité del IOM, la Dra. Ellen Wright Clayton, profesora de derecho y pediatría en la Universidad de Vanderbilt en Nashville, comentó que espera que los nuevos criterios faciliten a las personas con el síndrome de fatiga crónica que se tome su enfermedad en serio.
Cualquier médico puede usar estos nuevos criterios para diagnosticar el SFC a los pacientes, indicó en una conferencia de prensa el martes.
"Creemos que cualquier médico puede y debería diagnosticar esta enfermedad, no solamente los especialistas en este trastorno", dijo Clayton.
Los médicos también deberían tratar los síntomas incluso si la persona no ha cumplido con el periodo de seis meses para el diagnóstico del síndrome de fatiga crónica, añadió.
"Estos pacientes presentan síntomas reales", dijo Clayton. "Merecen una atención real y una terapia real".
El comité del IOM también recomendó que los reguladores federales desarrollaran un conjunto de herramientas que ayude a los médicos a diagnosticar a los pacientes con el SFC. Además, el informe afirma que los expertos deberían revisar la cuestión como mínimo dentro de cinco años, para actualizar los criterios diagnósticos en función de cualquier investigación nueva que aparezca en el futuro.
"Anticipamos y tenemos la esperanza de que en el futuro se realizarán más investigaciones que permitan refinar este diagnóstico", dijo Clayton. "No se trata de un producto de la imaginación [de los pacientes]. Se trata de una enfermedad demasiado habitual y compleja que requiere de un diagnóstico".
Entre 836,000 y 2.5 millones de estadounidenses sufren del síndrome de fatiga crónica, y un estimado de entre el 84 y el 91 por ciento de las personas con el trastorno no están diagnosticadas, según el IOM. El síndrome de fatiga crónica tiende a presentarse en personas de entre 40 y 59 años de edad, y aparece con una frecuencia 4 veces mayor en mujeres que en hombres.
Los síntomas de la enfermedad se pueden tratar, aunque no existe una cura y su causa sigue siendo desconocida. En 2014, los médicos vincularon el SFC con una inflamación de las células nerviosas del cerebro, y ahora algunos creen que las personas con el síndrome están fatigadas porque algo ha fallado en su respuesta inmunitaria.
Chris Fraker contrajo el síndrome de fatiga crónica en 2009. También tiene diabetes tipo 1, una enfermedad provocada por un sistema inmunitario defectuoso, según el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales de EE. UU.
Actualmente Fraker sigue una terapia de vitaminas y antivirales, pero dice que sigue sintiendo los efectos del SFC.
"Cuando uno tiene un bajón, es el peor tipo de fatiga que se pueda sentir. Si uno sostiene un teléfono celular, parece que haya estado usando pesas durante horas, aunque solo lo haya tenido cinco minutos", contó Fraker, que tiene 44 años y vive en Miami.
Anotó que antes del síndrome de fatiga crónica, "podía subir unas escaleras corriendo, y que me faltara un poco el aire, pero estar bien por lo demás. Ahora, cuando lo hago, siento que estoy al borde del colapso. Como si me hubiera atropellado un tren".
Pero todavía falta la concienciación de la enfermedad, dicen los expertos. Menos de un tercio de las facultades de medicina incluyen información específica sobre el SFC en su currículo, descubrió el IOM, y entre el 67 y 77 por ciento de los pacientes dijeron que hizo falta más de un año para que les hicieran un diagnóstico. Aproximadamente el 29 por ciento de los pacientes dijeron que les llevó más de cinco años.
El IOM realizó su estudio con la financiación de la Oficina para la Salud de las Mujeres, del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU.
Se calcula que los costos directos e indirectos del SFC para la sociedad son de entre 17 y 24 mil millones de dólares al año, 9.1 mil millones de dólares de los cuales se han atribuido a las pérdidas de productividad en casa y en el trabajo, reportó el IOM.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: News conference with: Ellen Wright Clayton, M.D., Craig-Weaver Professor of Pediatrics and professor, law, Vanderbilt University, Nashville, Tenn.; Institutes of Medicine, news release, Feb. 10, 2015; Suzanne Vernon, Ph.D., scientific director, Solve ME/CFS Initiative; Chris Fraker, Miami
HealthDay

19 feb 2015

La vitamina D y el dolor crónico

Un nuevo estudio de la Clínica Mayo sugiere que el uso de medicamentos para el dolor puede ser reducido a la mitad en casos de dolor crónico manteniendo unos niveles adecuados de vitamina D.
El estudio demostró que las personas que tienen carencia de vitamina D necesitan más estupefacientes y otros medicamentos para el dolor en comparación con aquellos con suficiente vitamina D.
El estudio muestra otras consecuencias de un nivel bajo de vitamina D que incluyen el aumento de índice de masa corporal (IMC). Las personas con un nivel bajo de vitamina D también mostraron un peor estado de salud general.
El Dr. Michael Turner de medicina física y rehabilitación médica en la Clínica Mayo y autor principal del estudio, ha dicho, “Este es un hallazgo importante para la investigación de las causas de dolor crónico. La vitamina D es conocida por mejorar los huesos y la fuerza muscular. Por el contrario, la deficiencia es una reconocida fuente de dolor y problemas de funcionamiento neuromuscular. Los médicos reconocen que pueden esto puede mejorar significativamente en sus pacientes el dolor, la motricidad y la calidad de vida.”
Los autores del estudio sugieren que cualquier persona que sufren de dolor crónico debe controlar susniveles de vitamina D. También sugieren que cualquier persona con fibromialgia o dolor en la palpación muscular debería tener en cuenta que puede ser debido a que tengan carencia de vitamina D.

La falta de sol, la obesidad y una alta pigmentación de la piel son factores de riesgo de deficiencia de vitamina D. Una simple prueba de sangre puede comprobar los niveles de vitamina D. La buena noticia es que corregir la deficiencia de la vitamina D es barato y simple. Los suplementos de vitamina D están disponibles en cualquier farmacia.

La vitamina D es importante para reducir la inflamación, y actualmente está vinculada aumento en el uso de estupefacientes para combatir el dolor crónico. A los médicos se les anima a tener en cuenta la comprobación de los niveles de vitamina D en toda persona en situación de alto riesgo, o que padezca dolores crónicos, un síntoma de deficiencia de vitamina D.


Más información sobre vitamina D: http://vitaminas.org.es/vitamina-d

DIÓXIDO DE CLORO (MMS): ¿MEDICAMENTO O VENENO?

Nuevo acto sobre el prohibido Dióxido de Cloro (MMS)

en Barcelona, el día 27 de Febrero de 2015




Con este acto pretendemos plantar cara a un Sistema enfermo, que con la Ley en la mano, nos puede inculpar de delito contra la Salud Pública, simplemente por hablar de las extraordinarias propiedades medicinales no autorizadas de un producto de bajísimo coste (Dióxido de Cloro), por una Administración que ha perdido el norte.
Una malaria se cura en horas con un coste de 2 euros por cada mil enfermos. Para otras enfermedades graves (Cáncer, Diabetes, Artritis, Ebola, etc.) que requieren un tratamiento de unos días, el coste es igual de irrisorio.
Esto es lo que pone nerviosas a nuestras “democráticas” autoridades sanitarias.
Acto convocado por Teresa Forcades, Médico y Monja benedictina y Dulce Revolución de las Plantas Medicinales y otras terapias de bajo coste.
Si quieres solidarizarte asistiendo a este acto, reserva la entrada en: https://www.ticketea.com/mms27f/
Fuente: Josep Pàmies

1 feb 2015

Científicos encuentran 'un interruptor' que apaga los dolores crónicos


Un grupo de científicos ha encontrado la manera de bloquear en los animales una de las así llamadas 'rutas del dolor', un descubrimiento que significaría una esperanza para las personas que sufren de dolores crónicos.
Según el estudio publicado en la revista 'Brain' por investigadores de la Universidad de Saint Louis, EE.UU., encender un receptor en el cerebro (el receptor A3) y la columna vertebral contrarresta el dolor crónico en roedores, incluyendo los que producen los efectos secundarios de la quimioterapia y el cáncer de huesos.

A diferencia de otros medicamentos utilizados para aliviar el dolor, este nuevo método se basa en el estimulador químico natural del A3, una sustancia llamada 'adenosina' que une a los receptores cerebrales en lugar de interferir con los canales en el cerebro.

De acuerdo con los investigadores, al activar el receptor A3, se previene o revierte el dolor del daño nervioso -que se desarrolla lentamente- sin los efectos secundarios de los tratamientos analgésicos actuales en donde se desarrolla tolerancia y en algunos casos adicción.

En la última década, otros científicos han intentado tomar ventaja de estas vías mediante una serie de interacciones entre los componentes que conducen el dolor a nivel molecular. Pero no se ha conseguido encontrar una vía que no tenga demasiados efectos secundarios, hasta ahora.

Pero este descubrimiento proporciona un enfoque prometedor en cuanto al tratamiento efectivo para aliviar el dolor crónico.

Fuente: Brain, A Journal of Neurology. 20 de noviembre de 2014
http://brain.oxfordjournals.org/content/early/2014/11/19/brain.awu330